lunes, 16 de marzo de 2015

Creación 3: el texto argumentativo

     Sé que hoy en día aún hay personas que piensan mal de las familias que llevan a un familiar a una residencia de ancianos. Yo, por mi parte, voy a defender el papel beneficioso de las residencias tanto para los ancianos como para sus familias.
     En primer lugar, en las residencias trabajan profesionales especializados en geriatría, es decir, preparados en el cuidado de personas mayores. Así, por ejemplo, les proporcionan dietas apropiadas a su edad, les dan la medicación, les ayudan a vestirse, asearse, etc.
     En segundo lugar, los mayores están entretenidos porque les organizan actividades de todo tipo, desde ejercicios de memoria, concursos, actividades físicas, actuaciones. Todo esto sería imposible de hacer para alguien que está solo en su casa.
     Por otro lado, los mayores conviven con personas de su edad que están en parecida situación y al hacer amistad no se sienten solos. Además, como están juntos pueden hablar de las cosas que hacían cuando eran jóvenes y eso les gusta.
     Por último, gracias a las residencias muchas familias se sienten aliviadas al ver que su abuelo/a está bien atendido. Hoy en día las obligaciones laborales impiden poder cuidar de los ancianos que necesitan ayuda y no pueden desenvolverse solos.
     En conclusión, no es justo mantener una idea negativa de las residencias de mayores. En mi opinión hay que verlas como una buena opción cuando un familiar mayor se hace dependiente.